• Feminismos, Género, Mujeres, Diversidades, Y Disidencias

  • Una colección de artículos tomados de Revista Lanzallamas: "Ser Feminista Tradicional Es Una Contradicción Natural," "Un Encuentro Con Carácter", y "Ser Soberanas, Para Ser Libres."
Contenidos

Profundos debates atraviesan el feminismo en el mundo en general, y Argentina en particular, existen diversas corrientes y formas de expresarlas, hay sectores que posicionadas en la realidad actual, quizás desconociendo años de luchas y conquistas, pretenden poner una divisoria entre feminismo conservador y feminismo disidente, lo cual es absolutamente falaz. El famoso "feministrometro" desde el cual se es más feminista si se cumplen ciertos requisitos, de lo contrario se es menos feminista. Esto desconoce la diversidad de feminismos en Argentina, que luchamos contra la doble opresión, por hacer visible lo naturalizado y que crecieron año tras año al calor de los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM), desde 1986 hasta la actualidad.

Históricamente las mujeres nos organizamos para reclamar derechos, hacernos escuchar, visibilizar la violencia e injusticias, defender nuestras conquistas y siempre ir por más. Por lo tanto ser feminista, activista o no, militante o no, es lo opuesto a ser tradicional o conservadora, conservamos la tradición de luchar, porque nos organizamos, para romper estructuras, nos organizamos luchando contra un sistema patriarcal, donde la diferencia por género aún es preponderante, en diversas esferas de lo economiso, politico y social.

Sin pretender hacer una cronología de lucha a lo largo de la historia, quiero plantear una posición política, respecto a debates actuales.

Como marxista entiendo que toda contradicción tiene dos aspectos uno principal y otro secundario. El principal es la organización, en Argentina llevamos 34 años consecutivos organizando Encuentros Nacionales de Mujeres, sin precedentes en el resto del mundo, organizándonos de forma autónoma, auto sostenida, autofinanciada, independientes, reforzando el federalismo, participando con horizontalidad, respetando la pluralidad y la heterogeneidad del diverso colectivo de mujeres en Argentina. En este camino fuimos conquistando derechos y ganando organización en los diversos planos sindicales, sociales, económicos, académicos, artísticos, científicos; solo por citar algunos. Porque al calor de cada ENM se fueron gestando organizaciones específicas tales como:

  • Mujeres en la política porque hay una íntima relación entre la ley de cupo de 1991, donde exigíamos 30% de mujeres en los lugares de decisión, luego en 2017 fuimos por la paridad. Eso se discutió durante muchos años en los ENM, allí se gestaron agenda de lucha y muchas mesas de trabajo para redactar, delinear, presentar y defender esos proyectos.
  • La RUGE Red Universitaria de Género, surgió en 2018. Previamente, mucho tiempo antes mujeres de las Uni­versidad Nacionales nos encontrábamos y veíamos que dentro de las Universidad había mucho para trabajar. Se vio la necesidad de una organización específica del sector y surgió, podemos decir, al calor de talleres en los ENM.
  • Las científicas que se encontraban en los talleres y planteaban como el sistema de investigación a nivel Nacional, estaba pensado para los hombres y no para mujeres, o cuerpos gestantes, porque somos nosotras las que debemos decidir continuar la carrera de investigación o truncar este camino por elegir ser madres.
  • La Economía popular, los merenderos y comedores manejados principalmente por mujeres, tuvieron su espacio para debatir, la organización de cooperativas, planteando la necesidad de programas como AUH, jefas de familia, o Potenciar Trabajo y plantear agenda de lucha para reclamar específicamente sus necesidades.
  • En los sindicatos, ámbitos sumamente masculinizados y en parte excluyentes de las mujeres, por sus formas de trabajo, tiempos de reuniones y demás, planteamos el cupo femenino en las listas, lo cual obliga a todo tipo de sindicato discutir la participación de mujeres en estos ámbitos y avanzamos.
  • Las músicas que reclamaban espacios en los eventos públicos, cupo para mujeres artistas, que no contaban con paridad en eventos artísticos, pequeños o grandes, por lo cual no contaban con auspicio tampoco y todo con lo que, artistas hombres si contaban.
  • La deportistas, las comunicadoras, estudiantes, artistas, visibilizando a los distintas comunidades originarias y al colectivo LGTBIQ+, empoderando y generando agenda pública de luchas y organización.
  • El acceso a la salud y el decidir sobre nuestras cuerpas, se gestó la organización también en los ENM, junto con la campaña Nacional por la legalización del aborto desde 2005, podemos decir coronó con la ola verde en 2018, pero comenzó mucho tiempo atrás, muchos años de compañeras que perdieron su vida en ese camino, de transitar despachos con el proyecto, modificándolo, fortaleciéndolo, sumando adhesiones y avanzando en ponerlo en la agenda, año tras año en los ENM y el resto del año, cada vez con más fuerza. Hasta conquistarlo.

Entiendo que el aspecto secundario siempre ha sido año tras año, para sectores de las clases dominantes encontrar la estrategia para detenernos. Miles de mujeres organizadas en tantas áreas, siempre ha sido peligroso, ¿para quienes? Para quienes tienen en su poder definir las políticas públicas y dar respuesta a nuestros reclamos, como leyes, cupo laboral, trabajo genuino, jardines de infancia, programas sociales que den respuesta a problemas emergentes, etc.

Un Poco De Historia

Es de suma importancia reconocer que los Encuentros Na­cionales de Mujeres surgieron en sintonía con la recuperación de la democracia, de la mano a la lucha de Madres de Plaza de Mayo, fuimos las mujeres las primeras en animarnos a hablar de lo que no se "debía" y hacer lo que considerábamos justo y lo hicimos, nos organizamos, coordinamos y avanzamos.

Los primeros años en los que fueron creciendo los ENM, intentaron silenciarnos, como en la historia, minimizarnos. Para los medios hegemónicos no era noticia que 9 o 12 mil mujeres de diferentes provincias se organizaron y sin generar disturbios, realizaran un encuentro plural con éxito, generando agenda de lucha hasta volver a encontrarnos.

Años después fueron entre 15 o 20 mil mujeres en un mismo lugar y ésto comenzó a ser difícil, casi imposible de silenciar y nuestro grito de lucha se hacía escuchar en diferentes provincias, con una organización única, autogestionada por las mujeres que se sumaron a las comisiones organizadoras de cada lugar. Al calor de la lucha y especificada de cada sector, se fue gestando la organización del colectivo LGTBIQ+, que siempre fue parte, porque nos atraviesan debates conjunto sobre economía, salud, ambiente y lo especifico, por eso dentro de los ENM se fueron abriendo talleres tales como: mujer lesbiana, activismo lésbico, etc. En 2013 en San Juan se abrió el primer taller de mujer trans, en el cual las mismas compañeras protagonizaron, defendieron y sostienen año tras año, luego de haber sido silenciadas por mucho tiempo, en el ENM tuvieron su espacio y su propia voz, integrando además las comisiones organizadoras.

Distintas formas de expresión se fueron abriendo paso en los ENM. Los medios de comunicación masivos comenzaron a hacer foco en disturbios que organizaban, grupos de personas que realizaban o performans un tanto llamativos, o escraches a edificios públicos y sitios religiosos, con grafitis, pintura o una fogata en la calle, lo cual se convertía año tras año en el centro de la noticia, demonizando a un encuentro de mujeres que van a las ciudades a ocasionar daños y marchaban mostrando los pechos. Pechos que no molestan como objeto de deseo masculino, pero si molestaba y mucho como una expresión de lucha de mujeres.

Superando las 30 mil mujeres y llegando a ser 60 mil realmente nos convertimos en un problema y de alguna forma las clases dominantes tenían como tarea terminar con esta organización, no pudieron silenciarnos, no alcanzó infiltrar personas violentas y demonizarnos, entonces debían encontrar la forma de intentar dividirnos. Porque tantas juntas que PENSAMOS DIFERENTE pero sabemos discutir y construir consensos, esto sí que es peligroso para cada uno de los gobiernos de turno. Más aún para gobiernos liberales, pero la realidad es que a todo gobierno, le generamos complicaciones organizándonos.

Seguimos funcionando y al calor de la situación política, cada vez creció más este encuentro muy pretendido por sectores mezquinos, quienes participamos y sostenemos estos encuentros los defendemos y lo seguiremos defendiendo, cada Comisión Or­ganizadora debe seguir siendo autónoma y en los talleres todas opinamos, igual, parecido, distinto o de forma opuesta, con energía, con fuerza y convicción, pero seguimos generando agenda de lucha y colocándonos en la agenda pública.

Seguimos Organizadas

Superamos muchos obstáculos, se generó mucha más organización que trasciende los ENM, como en este artículo expreso y todo lo que queda por compartir. Nada nos ata a lo tradicional, porque cada Encuentro donde se discute el rumbo económico del país, la forma de combatir las necesidades, la inflación, el acuerdo en el FMI, el derecho sobre nuestros cuerpos, las estrategias de seguir conquistando la igualdad y visibilizar las necesidades más sentidas del pueblo, son encuentros disidentes y contestatarios. Y lo seguirán siendo en la medida que no permitamos que la agenda la ponga el gobierno de turno, ni las clases dominantes o los medios de comunicación hegemón­icos.

34 años de comisiones organizadoras heterogéneas, plurales, federales, autónomas que resolvieron punto por punto: alojamiento, actividades culturales, transporte, TALLERES, peña, circuito de la marcha, miles de compañeras en cada lugar organizando la apertura y cierre de escuela, la apertura y cierre de talleres y contemplando cada aspecto, siendo relevada año tras año, esa autonomía y servicio a la organización feminista se hace de forma GRATUITA, esto en un sistema capitalista feroz en el cual vivimos no es aceptado, no es comprendido.

34 años de organización en cada provincia difundiendo e instalando qué son los ENM, cómo nos organizamos para que cada participante protagonice, juntando peso por peso, 3 días en los que somos libres de decir lo que sentimos y vivimos, que quizás nunca lo dijimos y en los ENM si, volver totalmente empoderadas, queriendo sumar a muchas más, ser más hacernos escuchar y organizarnos para resolver los problemas de las mayorías.

¿No es sospechoso que actualmente los medios de comunicación masivos, hablen del ENM, y opinen periodistas reconocidas, sobre cuáles serán los temas a discutir en los encuentros, o haciendo centro en lo que nos puede dividir, centrando esfuerzos en menospreciar la construcción de 34 años? Ahora sí es noticia que se hace el ENM y que surgió un nuevo espacio de organización.

No lo vamos a permitir y seguiremos construyendo unidad, consenso en la diversidad, agenda de lucha. Porque la única tradición que podemos conservar es la de luchar por nuestros derechos y en eso gestar una sociedad más igualitaria donde cada persona, tenga su techo, su comida y viva libre su sexualidad, vida personal y pública. En una nación plurinacional y soberana, Nación que debemos primero construir y siempre defender. EL ENCUENTRO SOMOS TODAS.

El enorme potencial del movimiento de mujeres y diversidades de Argentina es distintivo. Ha concretado avances y derechos trascendentales para el territorio, convirtiéndose en un faro en la región y el mundo. No solo en lo referido a la conquista de leyes de avanzada, sino particularmente por las novedosas y aguerridas dinámicas de lucha. Y dentro de estas formas distintivas, no cabe dudas que los 34 años de Encuentros consecutivos son un factor determinante (aunque no el único) en el estallido de la marea y en transformar las consignas en conquistas. Podemos decir que este movimiento logró transformar el dolor en lucha y la lucha en alegría y derechos.

Desde hace décadas, precisamente desde 1986, los Encuentros presentan una dinámica muy particular de funcionamiento, que se fue puliendo en el andar, pero que reconoce algunos "pilares" que son una especie de piedra angular o esencia que los caracteriza. Sobre esta base se fueron generando algunos cambios, pero que no modificaron el concepto general de este espacio en donde lo que se busca garantizar es: el carácter plural, democrático, horizontal, federal y autogestionado. El espacio fue creciendo, los debates se fueron multiplicando, complejizando, las voces se amplificaron. La participación se hizo masiva y explosiva. Realmente un tsunami de mujeres y diversidades que llega a una ciudad a dejar y a llevar ideas, proyectos y colores.

Muchas veces se ha escuchado que es necesario "sostener el carácter de los encuentros" pero ¿qué define el carácter de los encuentros? ¿el cambio del nombre significa que cambie el carácter? En principio cabe reconocer que el Encuentro refleja un enorme movimiento de mujeres y disidencias que, por lo tanto, si es movimiento no es estático. Pretender que nada cambie escapa de la realidad y genera posiciones conservadoras. El carácter particular de este espacio de tanta trayectoria tiene bases sólidas que se sostienen para garantizar un funcionamiento democrático y plural, pero no se puede pretender conservarlo todo, en los hechos siempre mutó, creció, se amplió y diversificó. Las conquistas de la marea verde fueron posibles porque se combinaron trayectorias históricas con nuevas experiencias, organización con espontaneidad. Trayectoria constante con movimientos disruptivos. Participar de un Encuentro te cambia la vida, pero también nosotras y nosotres somos protagonistas de los cambios del Encuentro.

Lo distintivo del Encuentro reside en su potencial y esa fuerza fue creciente y cambiante ¿Que métodos garantizan ese potencial? El método democrático: considerar las voces diversas, es decir la capacidad de buscar consensos y de poner en evidencia los disensos, sin que los últimos quiebren al movimiento, sino que sean un reflejo de los debates vigentes en la sociedad. La participación igualitaria y horizontal de las personas: sin disertantes ni especialistas, sino con experiencias compartidas de todas las personas presentes, que pertenecen a diversos sectores de la sociedad. Su movilidad territorial: en un recorrido federal pero que reconoce la plurinacionalidad, es decir, la diversidad de naciones existentes (y preexistentes) sobre este territorio, que se nutre de la cultura y las particularidades de cada región. La síntesis de las experiencias: se plasman en las conclusiones, en documentos que se resguardan y se comparten incluso como material histórico.

Es necesario sostener pilares, experiencias y métodos exitosos de funcionamiento, pero al mismo tiempo este potencial movimiento debe ser receptivo de los cambios y las demandas de un colectivo que en los últimos años desborda los espacios públicos. En los Encuentros confluyen luchas específicas de género que además cuestionan el sistema de opresión que origina la desigualdad. En general, las corrientes feministas y transfeministas, que participan masivamente en los Encuentros, interpelan a los sectores populares y reconocen que el patriarcado se sostiene con el capitalismo y se agudiza con la expresión neoliberal del sistema. De esta manera, se conjuga el reconocimiento de identidades oprimidas por el sistema, la ampliación de derechos, la defensa del medioambiente, la denuncia de sectores reaccionarios y fascistas. Es decir, un movimiento que se reconoce politizado y popular. Que expresa diferencias ideológicas y metodológicas, pero que ha sabido poner los puntos de acuerdo por sobre los disensos. En uno de los momentos sociales y políticos donde más unidad se necesita para enfrentar el avance contundente de sectores reaccionarios que amenazan nuestras conquistas, llegamos a San Luis divididas en dos Encuentros. Esto sucedió por la falta de flexibilidad para reconocer los cambios y sin la responsabilidad de priorizar la unidad. El desafío para el movimiento será llegar al próximo Encuentro en 2023 nuevamente unidas y unides.

Unirse Ante La "Contra-Ola"

La marea también genera reacción. Es ineludible el avance de sectores reaccionarios en la región y en el mundo. En una síntesis que seguro será arbitraria y escueta, pero alarmante, podemos mencionar el retroceso de la ley del aborto en EE.UU. y en Hungría (que pretenden que las personas gestantes escuchen el corazón del feto antes de abortar); la derrota electoral del Apruebo en Chile; el intento de magnicidio de Cristina Kirchner y el discurso de odio en Argentina; el alto porcentaje de votos a Bolsonaro en Brasil, la elección de un gobierno de extrema derecha en Italia, por solo nombrar algunos ejemplos. Aunque también vemos como el asesinato de Masha Amini despertó la rebelión femenina en Irán. Por lo tanto, la marejada es grande. Hay ola y contra-ola.

La respuesta a la contra-ola tiene que ser la unidad popular. Sostener y ampliar frentes políticos, sociales y feministas. Nutrir los movimientos que han avanzado y lograron importantes cambios. Dentro de las contradicciones que hay en la sociedad, ubicar las principales: la lucha contra los elementos reaccionarios y no los debates que se dan dentro del campo popular, que deben ser reconciliables y saludables.

La Lucha Por Las Palabras

En medio de una revolución en el lenguaje, por nombrar aquello que fuera y es silenciado, también nuestras experiencias son interpeladas por ello. El Encuentro encontró un rico debate en torno a cómo nombrarlo. Si es de Mujeres o contiene también a las diversidades, si es Nacional o Plurinacional. En primer lugar, el cambio de nombre expresa la necesidad de este movimiento politizado y organizado de reconocer tanto las identidades originarias como las disidencias (con límite en las masculinidades). Si bien siempre participaron del Encuentro, fue creciente la demanda de visibilizar la participación en la nominación del Encuentro. Es por eso que el cambio de nombre no necesariamente altera el funcionamiento, porque el planteo tiene que ver con la visibilidad y no con el método. El eje está puesto en el género y el territorio como lo planteaba la propuesta original. Al mismo tiempo, jerarquiza las problemáticas de las diversidades y los pueblos originarios. Esto no modifica el carácter, en la medida que siga incluyendo en la composición al conjunto de sujetxs que participan de los Encuentros y que no aparecen en esta nueva nominación (campesinas, migrantes, obreras, estudiantes, etc.)

El cambio de nombre no es lo que pone en riesgo el carácter, sino por el contrario, el Encuentro se pone en peligro cuando hay división, resistencia al crecimiento y a considerar cambios positivos, ineludibles y deseables por la gran mayoría que se expresa tanto en los Encuentros como en el amplio movimiento de toda la región. La identidad feminista y transfeminista, en la actualidad, es una expresión popular. Resistirse a ese avance expresa el miedo a profundizar los debates dentro del campo popular; restringe la oportunidad de los cambios profundos que permite una marea; subestima la posibilidad de que los sectores populares que participan de los Encuentros, protagonicen transformaciones revolucionarias en un momento de auge, ya que la coyuntura es importante, no se puede dejar pasar semejante oleada.

El Feminismo Y Transfeminismo Nos Potencia

La lucha por superar las opresiones que recaen sobre los géneros integra al feminismo y al transfeminismo. ¿qué "nos" convoca? Los movimientos que se desarrollan en diferentes territorios han crecido exponencialmente visibilizar la lucha de las mujeres cis en conjunto con las disidencias, entre las que se encuentran los transfeminismos. Están integrados en un mismo movimiento porque reconocen el origen de sus opresiones en el sistema patriarcal, que se nutre de las desigualdades del sistema capitalista depredatorio. En la práctica, se gestó un amplio movimiento de consensos y consignas comunes que se expresaron en la marea. Son las mujeres trans las que, al adquirir mayor visibilidad, encabezan hoy la lucha contra la explotación sexual, las que tienen menos expectativa de vida por las múltiples formas de violencias que padecen, por eso también son las que tomaron con más fuerza la bandera de lucha. Esta visibilidad y unidad debe ser analizada como un potencial ya que, en los hechos, los movimientos que se integraron lograron avanzar en la ampliación de derechos para las mujeres cis, trans y personas no binaries. La marea multicolor ha sabido avanzar, generar consensos y un grado de unidad que indiscutiblemente potencia al movimiento.

¿Qué sentido tendría dividir las luchas de las mujeres cis con las personas trans o no binaries? Si bien hay reclamaciones específicas para el reconocimiento de las identidades (como la ley de identidad de género, el cupo laboral, el matrimonio igualitario, entre otras) la lucha en común es contra el patriarcado y en ello contra el neoliberalismo como la expresión más salvaje del capitalismo.

Las mujeres cis vienen de experiencias tan diversas y niveles de opresión diferentes atravesados por la cuestión de clase y otras intersecciones. Una mujer cis de clase alta no padece las formas de opresión de una mujer cis trabajadora, originaria, migrante, o negra. Por lo tanto, aquellos argumentos que plantean que hay una unidad per se, una especie de cofradía biologisista de mujeres cis, caen en el riesgo de no reconocer los diversos niveles de opresión al interior del género y desde una posición biologicista desatender la lucha de las personas trans que padecen, en la mayoría de los casos, mayores niveles de discriminación y violencias que las mujeres cis. Esto no pretende negar e invisivilizar que las mujeres cis son abusadas, violentadas y asesinadas por el solo hecho de "ser mujeres". En sus distintos niveles de opresión, todas padecen las violencias del patriarcado, desde las más sutiles hasta las más extremas, como los femicidios que suceden a diario y que nos convocan a seguir visibilizando y engrosando la lucha para erradicarla. Pero también son las mujeres trans las que mueren antes de los 40 años, las que se ven obligadas a prostituirse o a vivir en la marginalidad por no ser aceptadas y reconocidas en la sociedad.

La corriente que se propone defender la "categoría mujer" (refiriéndose a las mujeres cis) plantean que la lucha en conjunto con las personas trans y no binaries debilitan o amenazan su identidad.[1] Esta corriente, con mayor o menor grado de intencionalidad, han incurrido en ideas reaccionarias preocupantes. Lle­gando a argumentar que la categoría "mujer" tiende a desaparecer, que peligran las estadísticas, que las personas podrían utilizar el cambio de identidad con finalidades espurias o fraudulentas, e incluso culpan a las personas homosexuales de fomentar la subrogación de vientres. No solo discriminan, sino que subestiman la construcción de la identidad, llevándola a un plano ridiculizante. Utilizan argumentos anticapitalistas para oponerse a las terapias de hormonización: "le hacen el juego a la big pharma" esgrimen; "es una moda que imponen los empresarios de las grandes farmacéuticas para vender estas terapias". Estos argumentos ridículos y con un alto grado de desprecio, ignorancia y subestimación fomentan el trans­odio y la homofobia. ¿Acaso las personas cis no consumen productos del sistema capitalista que son funcionales a la big pharma? ¿Acaso no toman pastillas anticonceptivas o piden misoprostol para abortar? Esta corriente utiliza elementos de la teoría marxista de manera forzada para fundamentar una postura reaccionaria. Sin embargo, negar un fenómeno que avanza, crece, se mueve, muta y transmuta y que busca ampliar los sujetos de cambio, es todo lo contrario al marxismo.

Un feminismo y transfeminismo popular o marxista cuestiona a las empresas imperialistas, aboga por la soberanía nacional o formas anticapitalista de organización social, e incluso propone desarrollar terapias alternativas de origen natural. Pero, a diferencia de la corriente que se denomina "contra el borrado de la categoría mujer", el feminismo y transfeminismo popular abona a la unidad con todos los sujetos, que padecen estas demandas, que, en la práctica (en las luchas por la ampliación de derechos, en las calles, en los espacios de trabajo, sindicales y políticos) confluyen sin temor a la identidad y a la diversidad. Mantener las identidades es un potencial, manteniendo las reclamaciones específicas, pero con un mismo objetivo: derribar al patriarcado y al sistema de clase que le es funcional. En síntesis, es preciso unirse en la diversidad.

Las mujeres cis no han dejado de ampliar sus derechos porque las trans hayan logrado mayor visibilidad, sino todo lo contrario... ¿o acaso la ley del aborto no se logró con una marea multicolor? Las trans reconocen que los movimientos de mujeres cis que las abrazaron, potenciaron sus reclamaciones más específicas. Hoy nos encuentra en esta unidad, con avances, con debates, con interrogantes. También se empieza a debatir la participación de varones trans, que se puso sobre la mesa principalmente por el caso Tehuel. Aunque en este momento parece haber cierto consenso en el límite de la participación de las masculinidades dentro del movimiento. Asimismo, muchas masculinidades, sobre todo las trans, se replantean sus privilegios y buscan construir nuevas masculinidades. Así como otras corrientes buscan abolir los géneros o reconocer multiplicidad de ellxs. Cuál es el alcance de la unidad en la lucha por la superación de la opresión de los géneros serán debates que continuarán dentro del movimiento y la práctica será la mejor guía.

No Perder La Clase

Dentro de la amplia gama que compone el feminismo y transfeminismo hay diferencias que, como dije anteriormente, no deben ser la contradicción principal, pero que ponen en evidencia la estrategia disímil de cómo encarar el camino hacia la superación de la opresión de género. Jerarquizar y visibilizar en el nombre del Encuentro y en el contenido de los talleres a las disidencias y a las identidades originarias que coexisten en el territorio y la región, es necesario, pero no deben deslindarse del enfoque de clase. No diluir la problemática del trabajo asalariado, la relación capital-trabajo, que es la base de la sociedad que queremos derribar, y que es la gran contradicción del sistema de explotación capitalista que se nutre de la segregación por géneros, razas, el colonialismo y la dependencia. A sido un enorme avance teórico y reivindicativo el debate en torno a las tareas de cuidados (trabajo reproductivo), pero, no debemos omitir la importancia del trabajo en espacios productivos, que no necesariamente están vinculados a las tareas de cuidados. Ya sea en sectores de servicios, en la producción fabril, en áreas rurales, etc. Sobre los cuerpos feminizados recaen múltiples formas de explotación, el trabajo reproductivo y productivo forman parte de un engranaje que favorece al sistema capitalista. Ambos componen lo que llamamos la doble (o triple) opresión, deben garantizarse los espacios para dar estas discusiones. La importancia de las experiencias autogestivas o cooperativistas, que son válidas en términos experiencias alternativas al sistema, como en los movimientos sociales, no deben invisibilizar la realidad laboral de la mayoría de las mujeres y disidencias, ni las demandas necesarias para superar esa segregación en los ámbitos de trabajo asalariado. Son las mujeres y disidencias las que son contratadas para ocupar puestos de menor remuneración, las que padecen abuso y acoso laboral, las que son condicionadas o discriminadas por ser personas gestantes, entre otras formas de violencias que padecen y eso debe estar en debate en el Encuentro con talleres que puedan abordar las especificidades. La mirada de clase debe estar integrada a las demandas específicas de las mujeres, de las disidencias y de los pueblos originarios, porque son parte del mismo sistema de opresión.

Advertencia: Un Encuentro De Tendencia

Los Encuentros tuvieron la particularidad de ser plurales y receptivos de las diferentes corrientes de pensamiento, de esta manera, con debates y tensiones, siempre fueron creciendo y modificando las maneras de pensar de quienes participan. En general asisten, de todo el país, mujeres y disidencias organizadas (organizaciones sociales, gremiales, agrupaciones y colectivas feministas y de las diversidades, campañas, partidos políticos, expresiones religiosas, etc.) aunque hay expresiones autoconvocadas (principalmente las mujeres y disidencias de la localidad que convoca y sus cercanías), pero lo mayoritario asisten organizadas/es. Sin embargo, las Comisiones Organizadoras del evento han mantenido, hasta el momento, una convocatoria amplia, sin identificaciones políticas partidarias, ni apoyos gubernamentales explícitos, ni tendencias. Si bien las organizaciones son parte fundamental del sostenimiento consecutivo de los Encuentros, se evita que sean explicitas para contener a las diferentes corrientes de pensamiento en la convocatoria. Esta característica posibilita que una persona que padeciera violencia de género, encontrara contención, más allá de las diferencias políticas o de sus idiosincrasias. Al mismo tiempo asisten organizaciones que van a una disputa ideológica planificada, a veces con posiciones inflexibles, que generan tensiones, algunas son imposiciones partidarias, otras religiosas o de tendencias ideológicas, muchas veces hay debates concretos que son transversales a las organizaciones, por ejemplo, las posiciones respecto al aborto o la prostitución.

Al mismo tiempo, la coyuntura política fortaleció la unidad del campo popular a partir del 2015. El movimiento creció y se diversificó aún más, sin dudas fue uno de los más influyentes y con mayor capacidad de movilización de la última década. Por un lado, identificando con claridad las políticas neoliberales del gobierno de Macri. Y en lo específico, la necesidad de defender una cantidad de leyes conquistadas en los años previos.

Esta unidad se potencia con el tratamiento de la Ley del aborto y la posibilidad concreta de que se apruebe, que derivó en la marea verde. Estos elementos empoderaron al feminismo, lo hicieron extensivo y popular. Esto se expresa en una tendencia mayoritaria en los Encuentros. La pregunta es si las Comisiones Organizadoras y los Encuentros van a seguir siendo un espacio que contenga a las personas que padecen diversas formas de opresión (por ser mujeres y disidencias de sectores sociales más vulnerados, trabajadoras, migrantes, originarias) más allá de sus posiciones respecto del aborto, de la religión, del feminismo, de los partidos políticos, etc. y que permita que se expresen los debates actuales en la sociedad y las diversas realidades de mujeres y disidencias. O será un Encuentro que limite la participación únicamente a las tendencias más avanzadas que levantan el pañuelo verde, naranja y violeta, como el logo del 35° Encuentro lo indica. ¿Qué tipo de Encuentro permite que el movimiento crezca y avance? ¿Estamos en un momento para juntarnos solo las que nos identificamos con determinadas consignas del feminismo? ¿O aún necesitamos de espacios que contengan a sectores populares que están en disputa? La marea verde crece y crece porque interpela, incomoda, se organiza y lucha, transformando el dolor en lucha y la lucha en alegría y conquistas.

Nota

  • [1] Se identifican en "La alianza contra el borrado de las mujeres", se ubican como una corriente feminista en defensa de los derechos de las mujeres basados en el sexo. Publican manifiestos, charlas, videos en los cuales denuncian las leyes que reconocen diversas identidades, que desde su punto de vista, atentan contra el sexo biológico.
    (www.contraelborradodelasmujeres.org)
  • Nosotras y nosotres sabemos; fuimos, somos y seremos quienes lucharemos incansablemente a lo largo de la historia para poner en la mesa de cada familia, cada reunión, en las calles y en todas las agendas políticas, gobierne quien gobierne, el debate sobre nuestras opresiones.

    Nuestra tarea fundamental es profundizar el análisis y el debate: ¿qué hay detrás del patriarcado? ¿Quién lo sostiene? La táctica es inteligente. El patriarcado tiene un socio estratégico, mayoritario: el sistema capitalista. Para garantizar la dependencia y la opresión de los pueblos, inherentes al capitalismo, el patriarcado juega un rol clave: garantizar la dependencia y la opresión de género, fundamentalmente de las mujeres.

    ¿En Qué Momento Se Encuentra El Mundo Y Particularmente Nuestro País?

    Vivimos en un mundo dominado por grandes potencias imperialistas. Países como Rusia, China, EE.UU. disputan entre sí los recursos y territorios de diferentes países oprimidos. Podemos verlo, en concreto, en la guerra de Rusia contra Ucrania: una potencia mundial que invade un país vecino, llevándose millones de vidas, para quedarse con sus recursos naturales, y su acceso al mar ;(mientras tanto, EE.UU. y sus socios de la OTAN, condenan públicamente la guerra, y juegan detrás de escena)

    También podemos ir un poco más allá y analizar la dominación de estos países imperialistas, que no solo se da a través de la guerra, sino que la violencia y la dominación se ven en lo concreto de todos los días: saqueo de recursos naturales, monopolios extranjeros, imposición de su moneda, de su cultura, etc.

    Particularmente en Argentina, podemos ver cómo todos estos países operan de diferentes modos; a través de nuestros planes de estudio, formándonos para ser profesionales al servicio de determinado tipo de país; a través de deudas impagables con bonistas y fondos de inversión extranjeros, o con el Fondo Monetario Internacional, que utiliza la deuda como mecanismo de extorsión, para imponernos un plan económico y las formas de llevarlo a cabo, incluyendo en el paquete la explotación de nuestros recursos, lo que debemos importar, lo que ellos necesitan que produzcamos para exportarles, y, por supuesto, cuánto debe ganar unx laburante.

    No tenemos voz ni voto a la hora de decidir qué entra y qué sale por nuestro Río Paraná ni tampoco quién navega por nuestros ríos, nuestros recursos naturales como el litio, el petróleo, el oro, carbón, cobre, azufre, gas, agua, etc.

    Fueron entregados a manos de yanquis, ingleses y otros europeos, rusos, chinos, entre los principales. Nuestras Islas Mal­vinas están en manos inglesas. Producimos una cantidad de materias primas que son exportadas y el pueblo argentino de eso, ve poco y nada.

    Los imperialistas, asociados a los entreguistas Argentinos, esos que trabajan para que sus socios de afuera, operen en nuestro país, han deformado nuestra economía, dejando un proyecto que contiene dos Argentinas contradictorias: una cuya cosecha y exportación bate récords todos los años llenando los bolsillos de un puñado de oligarcas, y otra que a través de ajuste e inflación deja más de la mitad de la Argentina en la pobreza, sentenciando al hambre y a la desgracia a millones, particularmente a les jóvenes. Esto es la dependencia, la imposibilidad de que un pueblo tenga voz y voto para decidir qué hacer con sus recursos, su territorio y su futuro.

    ¿Cómo Está Conectada La dependencia Con Nuestras Problemáticas?

    Hace poco leí una nota que decía: "La Argentina es mujer, produce para otros mientras pasa hambre, le controlan la plata, le dictan lo que tiene que hacer. Esos que maltratan a la Argentina funcionan como el violento de manual: castigan y demuelen y debilitan la autoestima para después dar el sopapo".

    Enfermeras, niñeras, maestras, empleadas domésticas... los rubros de cuidado son los que mayormente ocupamos las mujeres, allí en donde los sueldos son más bajos y la precarización es más común. Hoy, ni ser moza, ni trabajar en las megaempresas de cadetería te resuelve los derechos básicos. Ni hablar de quienes son empujadas a vender su cuerpo como mercancía para poder llevar un plato de comida a casa.

    Según el INDEC, en el 2020 en las edades centrales (30-64 años) mientras 8 de cada 10 varones trabajan fuera de casa, solo 5 de cada 10 mujeres lo hacemos. Las tasas de desocupación y subocupación son más grandes para nosotras que para ellos (13.1 Vs. 10.6 de desocupación y 14.2 Vs. 12.8 de subocupa­ción).

    Otro dato, entre las personas ocupadas, cada $100 que gana en promedio un varón, una mujer gana $79. La inflación como herramienta de ajuste de los salarios es la predominante en este momento de la Argentina, que sumado a leyes de flexibilización laboral que se dieron en los últimos años, todo el pueblo trabajador se perjudica, y la brecha de género se profun­diza.

    Si sumamos salarios bajos + pocas oportunidades laborales + desocupación + precios altos + explotación + inseguridad + narcotráfico, (problemáticas que atraviesa la totalidad del pueblo argentino generando crisis y profundizando todo tipo de violencias) Y le sumamos las problemáticas específicas de las mujeres: menos oportunidades laborales + trabajo en el hogar sin retribución económica + sueldos más bajos que los varones + casi nulas posibilidades de acceder a puestos de dirección + exigencias sobre nuestros cuerpos + rol asignado al nacer + obligadas a ser madres + abusadas + violentadas + asesinadas.

    El resultado es ni más ni menos que la doble opresión. Las mujeres sufrimos dos y hasta tres opresiones; por un lado, somos oprimidas por la clase a la que pertenecemos (junto a todo el pueblo Argentino), y por otro lado por ser mujer, hasta en muchos casos por la etnia de la que formemos parte. Por lo cual, la lucha es doble y a veces triple para nosotras.

    Nos enseñaron una historia que fue contada y protagonizada por otros, vivimos nuestras vidas condicionadas por otros, nuestros deseos son condicionados por otros.

    Todo está determinado por fuera.

    Pero los movimientos de mujeres, feminismos y disidencias, hemos marcado a fuego el ejemplo de unidad, golpeando con un solo puño y conquistando derechos, todas nuestras conquistas son muy valiosas. Es por eso que con la misma fortaleza, el recorrido y la experiencia que tenemos, es el momento para dar el debate y atravesar la Argentina de Norte a Sur.

    Necesitamos ser libres.

    La justeza de la lucha por la independencia es fundamental para discutir la libertad de las más oprimidas, necesitamos conquistar la segunda y definitiva independencia para decidir desde con quién queremos acostarnos, hasta qué necesitamos producir para que nadie más pase hambre en un país rico, como el nuestro.