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Filosofía Peronista
- 1954
- "El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista".
Esta transcripción es un trabajo en progreso.
Introducción General
I — Introducción
He afirmado que la República Argentina ha de iniciar una nueva escuela filosófica, pero un tipo de filosofía integral, no aquella a que nos tienen acostumbrados los últimos tiempo. Olvidando a los clásicos, la filosofía se ha convertido muchas veces en un instrumento de engaños y divagaciones incontroladas.— Perón, ante autoridades de la Unión Sindical Universitaria, agosto 10 de 1948.
Todo movimiento colectivo que trata de introducir modificaciones de fondo en la estructura social, debe tener una sólida justificación filosófica. Esta afirmación es corroborada por la historia, pues las grandes corrientes transformadoras han obrado siempre con un firme respaldo filosófico. Sirvan de ejemplo, la filosofía de la "ilustración" francesa, en tanto que fundamento de la revolución de 1789. y la filosofía marxista, como ideología de la revolución rusa de 1917.
Y no podría ser de otra manera, ya que la filosofía, aplicada a la sociedad, es como la brújula para el navegante.
Por medio de la filosofía piensan las sociedades, ven los Pueblos. Piensan en su situación general, y lo hacen comparando su estado presente con el concepto que tienen de sí mismos. Al comprobar racionalmente la diferencia que hay entre el concepto que tienen de sí y la situación que ocupan, es cuando plantean sus aspiraciones.
En este momento, líderes de la corriente revolucionaria estructuran dichas aspiraciones en programas orgánicos, convirtiéndolas en banderas, tras las cuales marchan las fuerzas que deciden las situaciones: los Pueblos. Triunfante la nueva orientación, trastrueca las bases mismas de la sociedad, cambia los conceptos de calificación — creando un nuevo criterio de valorización —, cambia el sistema de reparto de los bienes sociales e individuales; cambia las aspiraciones de la época, las perspectivas de desenvolvimiento ulterior de la colectividad.
Eso es una Revolución Social.
Si, en vez de introducir cambios de fondo en las instituciones, se limita a cambios sólo de forma, a sustituir a los dirigentes del Estado, sin tocar las instituciones, no es una Revolución Social sino un golpe de Estado.
El carácter de las instituciones básicas de la sociedad depende del concepto que se tenga del hombre; por lo tanto, de acuerdo a la nueva valoración del mismo, que traiga el movimiento triunfante, se harán las modificaciones de las instituciones jurídicas y sociales.
Las instituciones que debe modificar toda revolución para llamarse, con propiedad, social, son las que giran alrededor de los siguientes conceptos:
1) Concepto sobre la relación individuo-sociedad: el carácter social o antisocial del individuo.
2) Concepto sobre la igualdad o desigualdad de los hombres: de donde se deriva la concepción clasista o no de la sociedad, y la justificación o condena de la esclavitud antigua y de la explotación moderna del hombre por el hombre, con todas sus implicaciones.
3) Concepto sobre el carácter de la propiedad: si ésta debe ser propiedad privada individual, colectiva o del Estado, y con qué límites y alcances debe regir el principio aceptado.
4) Concepto del Estado: si debe ser el Estado tal que por intervenir en la totalidad de la vida del hombre y del Pueblo se denomina totalitario; si debe ser el Estado liberal del "laissez faire, laissez passer" ("Dejar hacer, dejar pasar", máxima favorita del liberalismo); si debe ser el Estado democrático o si se debe marchar a la abolición del mismo.
En la toma de posición respecto de estos problemas fundamentales de la filosofía política, estará implícito el concepto del hombre que sustente el movimiento revolucionario.
El Movimiento Justicialista, profundamente humanista y popular, afirma que todos los hombres son armonía de materia y espíritu, de individualidad y comunidad, por consiguiente todos son iguales, no hay clases privilegiadas; existe una sola clase: la de los hombres que trabajan.
En cuanto al Estado sostiene el carácter verdaderamente democrático del mismo, que defiende la función social de la propiedad, premisa indispensable para lograr la justicia social.
El Movimiento Peronista, corriente nueva de lucha por la revisión justicialista de todas las relaciones sociales, inicia una nueva orientación filosófica en la que, sin vacilaciones, se replantea el conjunto de los problemas que afectan al hombre de hoy, proponiendo las soluciones que más convengan a las necesidades e intereses populares.
El Justicialismo ha sido definido por su creador el General Perón, como "...una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente Humanista". (En Plaza de Mayo. octubre 17 de 1950. Verdad XIV del Peronismo).
Una sólida y realista filosofía de la vida integral del hombre de Pueblo, que lo abarca en la dinámica histórica — cargado de cadenas en el pasado, encendido en la lucha vindicadora en el presente e integralmente realizado en el futuro —; filosofía de la vida total y autentica del hombre.
De ahí que todo pensamiento humanista y verdaderamente cristiano, no pueda estar fuera de nuestra Doctrina que, por eso, ha logrado conglomerar una suma tal de voluntades que la han convertido en Doctrina Nacional, en programa de unidad nacional y en programa de unidad y reconciliación internacionales. Esta Doctrina centra su preocupación en el hombre, en el hombre de Pueblo, en el trabajador, por ser un movimiento popular, de trabajadores.
De ahí que al Justicialismo, libre de prejuicios académicos, no sólo le interese conocer y analizar el pensamiento de los grandes filósofos, sino también rastrear en lo que sobre las cuestiones filosóficas pensaron los hombres de los sectores populares. Esos pensamientos casi nunca alcanzaron ni una sistematización ni una difusión adecuadas, y si, en contados casos, llegaron a la sistematización, no lograron trascender, porque sus conceptos chocaban con los intereses creados. La filosofía justicialista tiene bien presente que los problemas encarados por los filósofos profesionales adquieren características diferentes, de las que toman en la mente de los hombres de Pueblo. La filosofía profesional es, en general, abstrusa, unilateral, irreal, y "muchas veces instrumento de engaños y divagaciones incontroladas".
En los hombres de Pueblo la meditación, activa y práctica, se dedica a resolver los problemas de la lucha y del vivir cuotidianos, resultando de ella enormes aportes al conocimiento objetivo de la sociedad y profundas enseñanzas sobre los grandes problemas subjetivos. Estos son los elementos de su filosofar que adquiere, casi siempre, carácter marcadamente humanista y social.
La lucha directa y la meditación, a la par de ella, constituyen la fuente original de las grandes ideaciones.
Hay que admitir que es de la vida misma — pensamiento y acción — del trabajador, de donde han surgido y surgen los conceptos fundamentales que impulsan a la humanidad.
Y aquí debemos establecer el alcance que damos a la palabra "trabajador". Lejos estamos de compartir el concepto sectario que sólo considera trabajadores a los que usan sus manos en la labor diaria. Nosotros consideramos "trabajador" a todo hombre que desarrolle una labor socialmente útil.
De ahí que sea tan "trabajador" el obrero que abre los cimientos de un edificio como el que hace los planos; el que cura un enfermo, como el que descubre el remedio salvador.
No importa en que trabaje el hombre; lo que interesa es que se desempeñe en una actividad que beneficie a la comunidad. Sólo entonces merece el honroso título de "trabajador".
Por otra parte, la aplicación de las ideas peronistas a la vida práctica va conduciendo, de manera creciente, a la desaparición de la odiosa división entre el trabajo físico y el trabajo intelectual.
El trabajador, que hasta ayer estaba condenado a extenuarse en el esfuerzo físico embrutecedor. hoy dispone de medios técnicos que alivian sus tareas, así como de recursos y estímulos para elevar su cultura, progresar en su oficio y convertirse en un hombre consciente y culto.
Y en lo que respecta a los llamados "intelectuales", también se produce hoy en la Argentina un cambio en su situación, ya que esta irrupción del Pueblo en lodos los órdenes de la sociedad los obliga a salir de su enquistamiento, y entrar en contacto directo con los problemas verdaderos que plantea la realidad. El "intelectual", sin dejar la zona especifica de su actividad, va vigorizando su trabajo con aplicaciones prácticas, del mismo modo que el "trabajador" va enriqueciendo su inteligencia, gracias a los nuevos recursos de que dispone. De este modo, el Peronismo, cumple una de las aspiraciones más nobles de los pensadores progresistas de todos los tiempos: la de suprimir la división entre el "homo faber" y el "homo sapiens", es decir, entre el trabajador manual y el intelectual. Dicho en otros términos, no quiere "bestia de carga" ni "intelectual" ocioso. Los altos atributos de la condición humana se desarrollan en el hombre que trabaja con sentido altruista, no en el egoísta ni en el indolente que acepta cualquier forma de vida para sí, para su familia o para la comunidad. Por eso el Justicialismo. que tiene como mira la realización integral del hombre, ve en el trabajador no sólo al principal propulsor del bienestar social, sino también al propulsor de todo progreso cultural.
De ahí que nuestra Doctrina sea un himno al trabajo y a quien lo realiza, un arma de lucha contra la injusticia de que han sido víctimas los hombres y los Pueblos, a través de milenios; y, por consiguiente, una cruzada invencible contra la prédica interesada de los eternos deformadores de la verdad.
II — Definición
El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.— Perón, verdad XIV del Peronismo, octubre 17 de 1950, en Plaza de Mayo
Filosofía, etimológicamente, quiere decir amor a la sabiduría; la palabra está compuesta por dos vocablos griegos; "filos" que significa amigo, y "sofía", que significa sabiduría. En un sentido muy general, se entiende por filosofía una determinada concepción del mundo y de la vida.
Analizaremos por partes la definición de filosofía justicialista, contenida en la Verdad XIV del peronismo.
"Es una nueva filosofía de la vida".
a). Es una nueva orientación de pensamiento y de acción, revolucionaria y progresista, que llamamos "nueva" en oposición al pensamiento y a la acción retrógrados de la oligarquía argentina y respecto de las formas predominantes en el mundo de hoy, que podemos polarizar en liberales y totalitarias. El creador de esta nueva orientación no limitó su genio a la estructuración de un sistema de ideas que condensara las aspiraciones más nobles de los hombres, sino que supo hallar los medios de realizarlas en su Pueblo, en su tiempo. Esta praxis, verdaderamente revolucionaria, conjunción de ideas y realizaciones, es totalmente nueva.
b). Es una filosofía de la vida, en el sentido de que defiende y ayuda a la vida del hombre, facilitando la solución de sus problemas diarios y vitales, al darle elementos para su progreso físico y espiritual.
Aclaremos que nuestra filosofía no está emparentada con las llamadas "filosofías de la vida", de algunos pensadores contemporáneos, filosofías que conceden preponderancia a los valores vitales sobre los racionales, dicho de otro modo a la vida — en un sentido marcadamente instintivo — sobre la razón. La nuestra es una filosofía de la vida con fermento para crear un nuevo tipo de humanidad, un hombre de mente y cuerpo plenamente desarrollados y equilibrados;
un hombre con vocación fraterna y con la segura alegría que le da su fe en la grandeza del destino humano.
Tal es el alcance de la primera parte de la definición que afirma que "el Justicialismo es una nueva filosofía de la vida...".
c). "Simple". La filosofía peronista es simple en su estructura; va sin rodeos a la verdad. Enfrenta en forma clara los problemas fundamentales y los resuelve por principios sencillos y concretos, fácilmente inteligibles para cualquier mentalidad; basta que esa mentalidad este guiada por el sentido común y por un anhelo de comprensión de las necesidades humanas.
Es doctrina de amor y de verdad, simple como ellos mismos, inspirada en la realidad eterna del hombre, en sus grandezas y miserias, en sus triunfos y en sus derrotas.
Las otras filosofías son inaccesibles al Pueblo. Casi siempre sus teorizaciones se desenvuelven en un plano abstracto, donde no llega la realidad de la vida. Están hechas para servir a ciertas "élites" que disfrutan del ocio necesario para estériles divagaciones, mientras el Pueblo trabaja para ellas, falto de una filosofía comprensible que le muestre la causa de sus dolores y el camino de su liberación.
d). "Práctica". Es práctica porque enseña a obrar. La acción y la realización son caracteres típicos de la filosofía peronista.
Por eso es una filosofía de la acción. No habla en abstracto de lo que habría que hacer por el hombre en general, sino que da el criterio para resolver los problemas de la vida diaria. La afirmación de Perón: "mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar", es una magnífica síntesis del espíritu práctico de nuestra ideología.
Las soluciones dadas por Perón a viejos problemas, después de tantos años de inacción de los partidos políticos, son la mejor demostración de la practicidad de esta filosofía.
e). "Popular". Es popular porque se preocupa primordialmente del trabajador, que siempre fue dejado de lado por la filosofía y del conjunto de estos que constituyen lo que, despectivamente, se llamaba "la masa popular".
Una de las causas del fracaso de los sistemas en pugna es su despreocupación por la realidad del Pueblo, no sólo en el plano individual, sino también en el de la colectividad. Esto quiere decir que no sólo el hombre común aparece excluido de estos sistemas, sino también el Pueblo, cuyas necesidades y aspiraciones no cuentan para los individualistas ni para los colectivistas.
Para los primeros, porque librados cada uno a su propia suerte en la lucha implacable de todos contra todos, no hay nada común que permita hablar de Pueblo.
Lo único común es la competencia, que no une sino separa; cada individuo antepone sus propios intereses al de todos los demás.
Para los segundos, parecería a simple vista que el Pueblo ocupara el principal lugar. Sin embargo, no es así. Mediante la ficción de que la colectividad se encuentra fielmente representada por el Estado, en definitiva resulta ser éste el privilegiado.
En cambio, la Doctrina Justicialista, es popular: a) porque tiene al pueblo como objetivo supremo, y b) porque se le ofrece, verdadera y convincente, de modo que éste la adopta en un asentimiento espontáneo de su alma: por eso de su creador ha ido al Pueblo y del pueblo ha revertido muchas veces con una nueva expresión.
Hemos hecho una doctrina que es para el Pueblo argentino, que está tomada del Pueblo argentino, no hemos inventado nada. Lo que el Pueblo quiere lo hemos traducido en una doctrina de carácter económico, político, social y cultural.— Perón, ante estudiantes brasileros, julio 19 de 1950
f). "Profundamente cristiana". Prosiguiendo con el análisis de la definición de Justicialismo, debemos señalar que el verdadero cristianismo es una característica esencial del Justicialismo. No sólo campea tal hondo sentido en toda la obra de Perón, sino que el punto de sostén del Justicialismo reside en una valoración de las fuerzas humanas y sociales (materia y espíritu, individuo y comunidad), que es la auténtica valoración cristiana. De fondo, no de forma; de contenido no de continente.
Es la aceptación de las consecuencias humanas y sociales del Evangelio de Cristo: igualdad de todos los hombres; amor al prójimo, sin omitir la condenación de los explotadores y esclavizadores; respeto a la propiedad privada, siempre que no se torne perjudicial para la sociedad; limitación de los poderes del Estado; reconocimiento de la dignidad del trabajo; estabilidad de la familia y consideración de la misma como pilar fundamental de la sociedad; sentido social de la justicia y respeto integral a la persona humana.
Es la glorificación de la libertad de hacer el bien sin mirar las circunstancias, y. por sobre todas las cosas, es el deseo expreso y permanente de comprender y cumplir la esencia del dictado de Cristo, por el amor, el divino recurso. Aquí se realiza la conjunción entre la prédica de Cristo y la praxis, prédica y acción, de Eva Perón.
Si Cristo, que es el bien, la verdad y la vida, predicó el amor entre los hombres, dónde hemos de encontrar un ejemplo más puro de aplicación que en la Abanderada de nuestro movimiento!
Si El dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", ella lo amó mucho, muchísimo más que a sí misma, dedicándole todos sus esfuerzos y sacrificios hasta rendirle, al fin, su preciosa vida.
g). "Profundamente humanista". La Doctrina Justicialista está centrada en el hombre, al que considera como único fin y hacia el que se dirige toda su acción.
Nuestra Doctrina es una Doctrina humanista; nosotros pensamos que no hay nada superior al hombre, y, en consecuencia, nuestra Doctrina se dedica al hombre individualmente considerado para hacer su felicidad, y al hombre colectivamente tomado para hacer la grandeza y la felicidad del país"— Perón, ante estudiante brasileros, julio 19 de 1950.
Se basa, pues, en el principio, también aceptado en cierto modo por las concepciones individualistas, de que nada hay superior al hombre. Pero dichas concepciones, cuando se referían con tanto elogio al hombre lo hacían para señalar los méritos de los que pertenecían a su clase. Su concepto no abarcaba al hombre de Pueblo, al trabajador; por el contrario, tanto los humanistas del pasado, como la élite culta de nuestra oligarquía, menospreciaban al hombre de Pueblo en los términos brutales que señalaremos en el capítulo "Humanismo".
Por otra parte, la dinámica de su egoísmo los llevo a considerar al individuo aislado de la comunidad, a estudiar las posibilidades del hombre, como si el Robinson Crusoe fuera posible, cerrando los ojos a la realidad fundamental de su naturaleza social.
El Justicialismo, fiel a los conceptos que enaltecen la condición humana, saturado del más hondo sentimiento altruista, centra su ideología y su preocupación en el hombre de Pueblo, en los trabajadores — en el amplio alcance de este término — reivindicando a los humildes de todas las naciones y proclamando la primacía en nuestro país de una sola clase, la clase de los que trabajan.
En medio de la aguda crisis total de valores que flagela a la humanidad contemporánea, el Justicialismo, haciendo una revisión popular y verdaderamente democrática de los valores vigentes, encuentra los elementos positivos para la estructuración de una corriente humanista popular.
Esta nueva corriente humanista abrirá las vías a la solución de problemas insolubles hasta hoy. de modo que donde otras doctrinas no ven más que ruinas, el Peronismo descubre los elementos para el advenimiento de "un Renacimiento más luminoso todavía que el que subsigue a la crisis medieval, porque el nuestro cuenta con un hombre más libre y, por lo tanto, con una conciencia más capaz". (Perón, en la clausura del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Mendoza, 9 de abril de 1949).
Síntesis Del Capitulo I
Introducción General
I — Introducción: La filosofía peronista es una sólida y realista filosofía integral del hombre de Pueblo.
II — Definición: "El Justiclalismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista".
Análisis de la definición:
Nueva filosofía da la vida: Porque es una orientación que determina un nuevo modo de vida personal y social.
Simple: Porque es verdadera, y la verdad habla sin artificios.
Practica: Enseña a obrar. La acción y la realización son sus caracteres típicos.
Popular: Tiene como objetivo la felicidad del hombre de Pueblo y se le ofrece a éste de manera verdadera y convincente.
Profundamente cristiana: El punto de sostén del Justicialismo reside en una valoración cristiana de las fuerzas humanas. En la práctica, es la aceptación de las consecuencias sociales del Evangelio.
Profundamente humanista: Está centrada en el hombre, a quien considera único fin a hacia quien dirige toda su acción.
II: Antecedentes De La Filosofía Peronista: Filósofos
I — Introducción
El Peronismo no se puede entender, ya que es una doctrina política, sino como la cumbre de un largo camino, como una etapa, la más alta para la historia argentina, y también nosotros pretendemos que sea la más alta para la humanidad en el progreso del hombre; y no se puede saber si una cumbre es más alta o más baja, si no se la compara precisamente con las demás, con las otras cumbres, con las más altas.— Eva Perón, Historia del Peronismo
En el capítulo anterior hemos visto, en la Introducción General, el criterio de enfoque de los principales problemas que abarca la filosofía justicialista; y en el punto dedicado a la Definición hemos ensayado una explicación de la misma, que, aun en su obligada síntesis, nos permite ya abarcar su profundidad y amplitud.
Ya podemos afirmar que, por primera vez en la historia política de nuestro país y de América, aparece una doctrina orgánica que coloca en su centro los problemas del hombre de Pueblo, cuyo entronque con los fundamentos del más alto pensar filosófico social, le imprime una significación y alcance universales.
En este capítulo veremos cómo empalma nuestra Doctrina con el pensamiento y la acción de los más grandes hombres, que consagraron su genio a buscar las vías para el perfeccionamiento y la felicidad de la especie.
Filósofos y conductores, profetas y utopistas, cuyos sistemas, sueños o realizaciones, por el sólo hecho de ser desinteresados ya pueden tomarse en cuenta como antecedentes del Justicialismo, desfilaran ante nuestra atención, pues "ningún hombre de este tipo puede dejar de considerarse, en cierto modo, de cerca o de lejos, precursor de nuestra doctrina. Por eso, en este marco de grandes, podríamos colocar a Confucio, a Alejandro, a Santo Tomás, a Rousseau, a Napoleón e incluso a Marx, aunque en algunos de estos casos no hayan sido más que alentados por las intenciones del bien común"...ya que "todos ellos no son más que jefes de ruta de la Humanidad, jefes de ruta que alguna vez equivocaron el camino, pero que, por sendas derechas o torcidas, vienen de muy lejos a terminar en nuestra Doctrina". (Eva Perón, Historia del Peronismo).
Haremos a continuación un estudio de los principales problemas relacionados con los postulados de nuestra Doctrina, a través de los filósofos y pensadores más representativos de la humanidad, pues "El Peronismo ha tomado lo mejor que han concebido a través de la historia humana los filósofos. El peronismo no sólo lo ha realizado, sino que lo ha superado" (Eva Perón, Historia del Peronismo).
Del vasto conjunto de cada sistema filosófico-político extraeremos únicamente las posiciones relacionadas con las cuatro cuestiones siguientes, que determinan el modo de vida de cualquier sociedad y, por consiguiente, las condiciones de vida del hombre dentro de esa sociedad:
1) Individuo y sociedad: carácter social o antisocial del individuo.
2) Igualdad del hombre: clases sociales; esclavitud, explotación, etc.
3) Propiedad privada; mantenimiento de la misma sin restricciones; limitación; abolición.
4) Estado; Estado democrático; Estado totalitario; abolición del Estado; etc.
Con la revisión, aunque sea sintética, del pensamiento y la acción de las más altas cumbres de la humanidad sobre estos cuatro puntos, tendremos un panorama de la evolución de las ideas filosófico-políticas, de gran importancia para comprender más profundamente la solidez y proyecciones de nuestra Doctrina.
Comenzaremos por Grecia, ya que es allí donde la filosofía se constituye en un cuerpo científico por primera vez; en ese sentido se dice que Grecia es la cuna de la filosofía. Iniciaremos nuestro estudio a partir de los sofistas, pues con estos filósofos se inicia la etapa humanística de la filosofía griega, que es la que más nos interesa por el carácter de nuestra doctrina.
II — Sofística
La filosofía es lo que ocurre; no lo que a ellos, a los filósofos, se les ocurre".— Perón ante Secretarias de Unidades Básicas del P. P. F. En la Escuela Superior Peronista, julio 2 de 1953
Haremos una consideración somera de esta escuela filosófica ya que es imprescindible para penetrar en las ideas de Sócrates, que fueron madurando en la crítica a esta orientación.
La sofistica floreció en los siglos V y IV (a. C.); sus representantes pertenecían a las más diversas tendencias filosóficas: materialistas como Protagoras (480-410 a.C), idealistas como Gorgias (487-380 a.C); la mayoría eran partidarios del mantenimiento de la esclavitud, aunque no falto quien levantara su voz contra esa afrenta a la condición humana.
En medio de los más opuestos puntos de vista, hay una actitud predominante de subjetivismo, es decir que todos afirman lo que a ellos se les ocurre, no lo que sucede en la realidad objetiva.
El mismo significado de la palabra "sofista" cambió históricamente.
Al principio se llamaba sofista, en Grecia, al sabio en general.
Mas tarde, Platón y Aristóteles llamaron sofista al que. por dinero, valiéndose de argucias verbales, demostraba cualquier cosa.
Al final, la sofistica quedó reducida a una prestidigitaron verbal, y se llamó "sofista" al individuo que enseñaba a vencer al adversario, en una discusión, aunque no tuviera razón. Por eso actualmente se dice "sofista" al charlatán que, con toda conciencia, defiende una tesis falsa.
Los sofistas sostuvieron que "el hombre es la medida de todas las cosas" y llevaron este concepto al extremo de afirmar que cada hombre es la medida de todo; por consiguiente, cada uno debe darse las normas para cada caso: las de la verdad, las de la justicia, las de la belleza, las de la bondad, etc.
De esta manera se cae en el más anárquico subjetivismo, porque, por ejemplo, lo que puede ser considerado justo por unos, resultaría injusto para otros; lo que sería verdadero para alguno, puede ser falso para los demás, y así con lodos los conceptos.
En lo que se refiere a poder político, consideraban que era patrimonio del más fuerte, porque creían que el hombre es egoísta por naturaleza y que presenta profundas diferencias en sus facultades.
Los sofistas fueron los que, por primera vez, concibieron al Estado como fruto de un pacto entre los hombres, motivado por el temor reciproco que se inspiran y cuya función es la de apaciguar y contemporizar entre ellos: es el Estado gendarme, guardián. Tal concepto lo veremos reaparecer en Hobbes y Rousseau.
III — Sócrates (470-399 a. C.)
Tenemos que hacer como hizo Sócrates, que reviso la filosofía y se dio cuenta que había que comenzar de nuevo e hizo sus refutaciones a todas las concepciones de la filosofía subjetiva y volvió a una filosofía objetiva, a estudiar la vida en sí, por su manera de realizarse y por sus finalidades".— Perón ante Secretarias de Unidades Básicas del P. P. F. En la Escuela Superior Peronista, julio 2 de 1953
Sócrates, el sabio más famoso de Grecia, a quien Platón y Aristóteles, cumbres del pensamiento griego y fuente de toda la filosofía posterior, le deben su orientación básica, se levanta contra la sofística, y su prédica es una constate lucha contra esa escuela subjetiva.
Sócrates centra su preocupación en el hombre; su interés finca en los problemas morales y de conocimiento del hombre; eso está expresado en el lema "conócete a ti mismo", que adopto para su filosofía. De este modo abrió la vía para el desarrollo del humanismo.
En cuanto a la condición del hombre en la sociedad, contrariamente a lo sostenido por los sofistas, lo considera como un ente social por naturaleza, de ahí que la comunidad cobre para él una importancia tal que llega a sostener que el hombre no tiene derecho a infringir las leyes de su ciudad, aunque se vuelvan contra él.
Por eso aceptó filosóficamente la pena de muerte, que en contra suyo votaron los jueces, apoyando de ese modo su teoría con su conducta.
Sócrates ha hecho un aporte inmenso al pensamiento filosófico de todos los tiempos.
Relacionando el sentido de la filosofía peronista con el de la filosofía socrática, podemos apreciar tres puntos de coincidencia fundamentales:
1) Cada una en su tiempo pone el acento de su preocupación en el hombre.
2) Ninguna de las dos es filosofía de gabinete.
Sócrates quería llegar a la verdad sobre los problemas humanos recurriendo a la cooperación constante de sus conciudadanos en una interrogación y replica reciprocas; del mismo modo, el Peronismo contiene una filosofía sobre los problemas humanos, creada por Perón a través de un dialogo sostenido y fecundo con su Pueblo.
3) El fin explícito de ambas orientaciones es la obtención de una comunidad de hombres justos y buenos.
IV — Platón (427-347 a. C.)
El bien es orden, armonía, proporción: de aquí que la virtud suprema sea la justicia. En tal virtud advertimos la primera norma de la antigüedad convertida en disciplina política".— Perón, en la Clausura del Congreso de Filosofía de Mendoza, abril 9 de 1949
Platón expone su pensamiento político en tres diálogos: "El Político", "Las Leyes", y "La República". En este último presenta su concepción filosófica de la justicia. Entiende al Estado como una unidad viva con elementos relacionados entre sí, que deben vivir en armonía. Estos elementos configuran claramente clases sociales cerradas, con una función especifica cada una de ellas; así, la de los magistrados tiene como tarea la de gobernar; la de los guerreros, defender el Estado; la de los labradores, trabajar la tierra.
Cada clase posee su virtud peculiar; la de los magistrados, la prudencia; la de los guerreros, el valor; la de los labradores, la templanza.
Pero por encima de todas estas virtudes está la virtud superior: la justicia, que Platón entiende como la armonía dentro del Estado.
Para asegurar la unidad del Estado proclama la abolición de la propiedad privada y de los vínculos familiares, porque a su juicio, estos dos elementos traen discordia y, por consiguiente, división entre los hombres, cosa que atenta contra la unidad del Estado.
La propiedad debe ser colectiva, administrada por el Estado.
En cuanto a la libertad, sostiene que no interesa fundamentalmente, lo importante es que los hombres sean mejores: el Estado debe hacerlos mejores, vigilándolos constantemente.
Destacamos en esta concepción la coincidencia señalada por Eva Perón en su "Historia del Peronismo": para Platón, la justicia es la virtud fundamental del hombre que vive en sociedad; de la misma manera es considerada por el Peronismo.
Pero, a pesar de tal coincidencia, es de observar que en nosotros este concepto está enraizado en bases distintas, pues Platón parte de una distinción rígida en clases sociales, mientras Perón afirma la existencia de una sola clase de hombres: la de los que trabajan.
Por otra parte, para Platón los trabajadores no pueden llegar al gobierno; lodo lo contrario sucede con el Peronismo que, como movimiento auténticamente popular, lleva a los más importantes cargos a hombres y mujeres humildes, siempre que acrediten condiciones y mantengan vivo el amor por la causa popular.
En cuanto a la propiedad. Perón ha dicho que "la propiedad no es un derecho individual absoluto, sino relativo, desde que tiene no solamente una función individual que cumplir, sino una función social". (Perón, exposición sobre Economía Social, enero 1 de 1952).
Respecto de la libertad, el Justicialismo sostiene que es el medio indispensable para lograr la felicidad; de ahí que en la práctica se aseguren todas las condiciones a fin de que el Pueblo pueda llegar a poseer íntegramente su libertad, pues "los Pueblos para ser felices, necesita, ante todo, ser justos y libres". (Perón, en la clausura del Congreso de Periodistas, septiembre 8 de 1951).
V — Aristóteles (384-322 a. C.)
380 años antes de Jesucristo, Aristóteles en su libro "La Política" sostiene la necesidad de que el interés individual ceda al bienestar de la comunidad.— Perón, inauguración del Consejo Nacional de Estadísticas y Censos, octubre 26 de 1944
Aristóteles, filósofo griego nacido en Macedonia, preceptor y amigo de Alejandro Magno, fue una de las inteligencias más vastas que ha producido la humanidad.
Abarcó los más diversos campos del conocimiento e hizo anticipaciones que muchos siglos después fueron confirmadas por el desarrollo de la ciencia.
En el núcleo de su pensamiento está siempre presente el mayor respeto por la condición humana, si bien no pudo superar algunos conceptos condenables que predominaban en su época, como por ejemplo, la legitimidad de la esclavitud.
Para Aristóteles, el hombre es social por naturaleza; la sociedad es su medio específico; fuera de ella, ignorante o ignorado de la misma, sólo es concebible la existencia de un bruto o de un dios.
En su orientación política se muestra como genial filósofo del sentido común, aunque marcadamente conservador. Así, justifica la esclavitud con el conocido argumento funcional, que también empleó Platón: la fuerza, el músculo (los esclavos), deben obedecer al cerebro (los amos).
Sostiene que hay hombres que nacen para ser esclavos y otros para ser amos, con lo cual da una fundamentación natural a la institución de la esclavitud, legal en la antigüedad.
Cabe aquí hacer un paréntesis para señalar que, si bien la esclavitud era legal en la antigüedad y admitida como un régimen justo, no por eso dejó de haber hombres que se pronunciaron en contra de ella, a riesgo de soportar graves dificultades.
Estos hombres anticipadores de la historia y augures de un mundo mejor y que lucharon sin éxito por la dignificación del hombre, pueden ser considerados en, este aspecto, como precursores del Justicialismo.
Aristóteles se pronunció a favor del mantenimiento de la esclavitud, pero no fue partidario de la aristocracia.
En su Estado ideal, la clase media, la gente semi-acomodada juega el rol principal como mantenedora del orden social; por lo tanto, y para evitar una revolución que acarrearía la anarquía y el caos social, proponía tomar medidas, que condujeran al aumento del número de hombres que llevaban una vida acomodada, reduciendo las posibilidades de una profunda miseria frente a una riqueza desmesurada.
En este sentido, Aristóteles — justamente llamado por Perón "el filósofo de la democracia" — es uno de los precursores de nuestra Doctrina que aplicando este concepto aristotélico a la realidad contemporánea sostiene que "debe haber menos ricos para que haya menos pobres".
En lo que se refiere a la condición social del hombre, el Justicialismo se identifica con el concepto aristotélico.
El hombre para el Peronismo, sólo puede realizar su destino en relación estrecha con sus semejantes, a quienes está unido por lazos fundamentales, regidos por el sentimiento superior de la solidaridad.
No puede ser, en cambio, más antitética la actitud justicialista en lo que atañe a las diferencias entre los hombres. Entre Aristóteles y el peronismo está la palabra de Jesús, todo humildad y amor. La Doctrina Peronista, cristiana por definición, sostiene la igual dignidad de todos los hombres.
VI — Santo Tomás de Aquino (1227-1274)
En la escuela tomista se opera la fusión del pensamiento cristiano con la dualidad aristotélica.— Perón, en la clausura del Congreso de Filosofía de Mendoza, abril 9 de 1949
Santo Tomás de Aquino, nacido en Italia y perteneciente a la Orden Dominicana, intentó unir la razón y la fe, la filosofía y la teología, haciéndolo con tal éxito que aun hoy la Iglesia Católica considera a la suya como la verdadera filosofía.
La concepción política de Santo Tomás está contenida en su obra "Suma Teológica" y en los comentarios a la "Política" de Aristóteles.
Se nota en él con claridad la inspiración en los clásicos griegos, tanto que se puede decir que actualiza el pensamiento de platón y Aristóteles, aunque sobresale la orientación cristiana.
Sirva como ejemplo de esta última afirmación, su concepto de la propiedad.
Platón afirma que la propiedad debe ser colectiva.
Aristóteles sostiene que debe ser individual.
Santo Tomás sigue en este punto a Aristóteles y, para conciliar la idea del carácter individual de la propiedad con la doctrina cristiana, ordena a los ricos compartir con los pobres sus bienes, concluyendo que la propiedad es individual, pero que su uso debe ser permitido a lodos, con lo cual se acerca al sentido peronista de la función social de la propiedad individual.
En cuanto a la esclavitud, sostenida por casi todos los filósofos de la antigüedad, no es justificada expresamente por Santo Tomás, si bien expone y desarrolla el pensamiento aristotélico, según el cual hay hombres que nacen para ser esclavos y otros para ser amos.
Santo Tomás parte del principio de la igualdad de los hombres, aunque llega a pensar que puede ser útil la existencia de amos que manden y siervos que obedezcan.
Ya hemos dicho, con motivo de Aristóteles, lo que el Peronismo sostiene sobre la igualdad de los hombres.
Con respecto al gobierno temporal, Santo Tomás sostiene que tiene su origen en el Pueblo; éste delega el poder político en sus representantes, si bien, en última instancia, todo poder deriva de Dios, según las palabras de San Pablo: "Todo poder viene de Dios y viene directamente al Pueblo".
Sanio Tomás en su tratado "Sobre el reino", sostiene que la realiza es el mejor de los regímenes, pero también aquel cuya degeneración es más peligrosa, ya que su antítesis — la tiranía — es la peor de las formas política. Por eso insiste en fomentar las virtudes del príncipe por todos los medios, para que éste no sacrifique el bien común a su bien personal y se convierta en un tirano.
VII — Rousseau, Juan Jacobo (1712-1778)
Rousseau cree en el individuo, hace de él una capacidad de virtud, lo integra en una comunidad y suma su poder en el poder de todos, para organizar por la voluntad general, la existencia de las naciones.— Perón, en la clausura del Congreso de Filosofía de Mendoza, abril 9 de 1949
Rousseau fue uno de los más grandes pensadores políticos, que desempeñó importante papel en la preparación doctrinaria de la Revolución Francesa.
Su concepción sobre el hombre y la sociedad la veremos especialmente en el capítulo V. Aquí adelantaremos que, para este filósofo, el hombre no es social por naturaleza, pero tampoco agresivo como sostiene Hobbes, sino bueno. La sociedad es quien lo corrompe.
En su obra fundamental, el "Contrato Social", presenta una nueva estructuración político-social que, según él, asegurará la libertad y la igualdad de todos los hombres.
En su famoso "Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres", en lo referente a la propiedad privada, sostiene que su desarrollo es la causa de la desigualdad y la discordia, pero no propone la abolición de la misma, ya que la considera una garantía de la libertad individual. En cambio pide, en interés del Pueblo, medidas que limiten el volumen de las propiedades personales, y otras disposiciones de carácter social que aseguren el progreso económico de la comunidad.
Su concepción sobre el Estado será desarrollada en el capítulo "El Hombre y el Estado". Aquí diremos simplemente que para Rousseau el Estado es el producto de un pacto tácito entre los ciudadanos en su interés común.
El Estado debe servir a todos los ciudadanos sin excepción, asegurándoles la libertad y la igualdad.
VIII — Carlos Marx (1818-1883)
El marxismo convertirá en materia política la discusión filosófica y hará de ella una bandera para la interpretación materialista de la historia.— Perón, en la clausura del Congreso de Filosofía de Mendoza, abril 9 de 1949
Carlos Marx, sociólogo prusiano, es el creador del socialismo científico, en contraposición al socialismo utópico de Saint Simón, Fourier, Owen y otros.
Sus principales obras son: "Miseria de la filosofía", respuesta a la "Filosofía de la Miseria", de Proudhon; la "Crítica de la Economía Política" y, sobre todo, "El Capital", publicada en 1867.
Tomaremos los conceptos fundamentales de su posición doctrinaria, respecto de los puntos que nos interesan en este capítulo.
Marx parte del carácter social del individuo.
Sostiene que este carácter social es deformado por las condiciones imperantes en la sociedad, condiciones de explotación del hombre por el hombre, es decir, del hombre que no posee más riqueza que su fuerza de trabajo, sus brazos, por parte del que detenta el capital o los medios de producción: máquinas, tierras, etc.
Esto evidencia la existencia de clases opresoras y oprimidas que, según los diversos modos de producción, van cambiando de nombre; así, en el modo de producción esclavista, son los esclavos y los señores; en el feudal, los siervos de la gleba y los señores feudales; en el sistema capitalista, los proletarios y los burgueses; toda la historia de la sociedad humana, en una palabra, es una historia de luchas de clases.
Esta lucha de clases es la que sostienen los oprimidos contra sus opresores por mejores condiciones de trabajo y de vida.
Sin embargo, sostiene Marx, los días de vida de los explotadores están contados, ya que los proletarios triunfaran, y el sistema capitalista será substituido por el comunista.
En el sistema comunista, concluye, no se repetirá el ciclo de explotación, pues, al desaparecer la propiedad privada, se eliminarán las causas de cualquier género de explotación.
No será el reino de los proletarios, ya que éstos desaparecerán como clase, sino el del hombre comunista, liberado de toda suerte de cadenas.
Para llegar a tal meta. Marx llama a los proletarios a unirse, a fin de realizar la revolución comunista, en la cual éstos no tienen nada que perder, como no sean sus cadenas, teniendo en cambio un mundo que ganar.
"Proletarios de todos los países, unios", concluye el Manifiesto Comunista, editado en Londres en 1847 por la Liga de los Comunistas y redactado por Marx.
En lo referente al Estado, el marxismo sostiene una tesis original, aunque ofrezca alguna reminiscencia con las teorías que afirman que el Estado es el resultado de un contrato social.
Sostiene que el Estado es un órgano de dominación, de opresión de una clase por otra.
Su propósito es la creación del orden que legalice y perpetúe esta dominación moderando las colisiones entre las distintas clases.
Pero esto no sucederá en la sociedad comunista, sostiene, pues al desaparecer la diferencia de clases desaparece el Estado; éste no tiene ya razón de ser.
Hemos hecho, de la doctrina comunista, este resumen, con el propósito de mostrar la enorme diferencia que hay entre las palabras y los hechos. En efecto, todo el sueño del hombre liberado, la anunciada transformación del Estado, de gobernante de hombres en administrador de cosas, se convierte en una farsa dolorosa. al compararlo con las realidades que nos presentan aquellos países donde se hizo el experimento.
El marxismo ha hecho su camino porque el ideal de un hombre nuevo, liberado, realizado, y no precisamente por lo que ha demostrado en la realidad.
El comunismo sólo pudo abrirse paso en un mundo profundamente deprimido por la explotación sin tregua del capitalismo; por eso. ha dicho Perón, que este es la causa eficiente del comunismo, es decir, su razón de ser, lo que ha dado origen al comunismo.
El comunismo no es una causa. El comunismo es un efecto, (reacción contra los capitalistas), de modo que para que el comunismo desaparezca tiene que desaparecer primero el capitalismo. Es un utopía querer hacer desaparecer el comunismo si no desaparecen la explotación y los abusos del capitalismo— Perón, ante delegados del XVI Congreso de la Confederación de Empleados de Comercio, diciembre 19 de 1950
Síntesis Del Capitulo II
Antecedentes De La Filosofía Peronista: Filósofos
I — Introducción: Comparación de las soluciones dadas a los problemas, que a continuación enumeramos, por los filósofos politicos más representativos de la historia y por la Doctrina de Perón.
A) Carácter social o antisocial del hombre.
B) Igualdad de los hombres.
C) Propiedad privada.
D) Estado.
II — Sofistas: El hombre es egoísta por naturaleza. Acepta la esclavitud. Aceptan la propiedad privada. El Estado es el fruto de un pacto no agresión mutuo.
III — Socrates: El hombre es social por naturaleza. Acepta la esclavitud. Acepta la propiedad privada sin restricciones. Es partidario del Estado aristocrático.
IV — Platón: Partidario de la división rigida en clases sociales. Partidario de la abolición de la propriedad privada. Partidario del Estado aristocrático.
V — Aristoteles: El hombre es social por naturaleza. Acepta la esclavitud. Acepta la propiedad privada sin restricciones. Partidario del Estado aristrocrático, en favor de una clase semiacomodada.
VI — Santo Tomás de Aquino: El hombre es social. Sostiene la igualdad de los hombres. Partidario de la propiedad individual con la siguient restricción: su uso debe extenderse a todos. Partidario del Estado monárquico.
VII — Rousseau: El hombre no es social por naturaleza, pero tampoco antisocial. Sostiene la igualdad de todos los hombres. Partidario de la propiedad individual con restricciones. Partidario del Estado democrático.
VIII — Marx: El Hombre es social por naturaleza, pero este carácter aparece deformado por las condiciones sociales del régimen capitalista. Partidario de la abolición de la propiedad privada. Partidario de la abolición del Estado.
IX — Doctrina de Perón (expuesta al analizar cada escuela): El hombre es social. Sostiene la igualdad de todos los hombres en una sola clase: la de los que trabajan. Acepta la propiedad privada en función social. El Estado es democrático; el Pueblo es soberano.