• Reflexiones Sobre La Filosofía Peronista

  • Reflexiones sobre el libro "Filosofía Peronista", sin traducción por ahora.

Capítulo V: El Hombre Y La Comunidad

El principio dominante de nuestro sistema ideológico es el de armonía entre los opuestos, en otros términos, fuga de la inestabilidad de los extremos hacia el punto de equilibrio de los mismos, en términos corrientes, Tercera Posición.

En base a este principio de armonía entre los opuestos es que el Justicialismo sostiene que el hombre no es materia por un lado y espíritu por el otro, sino un equilibrio de ambos elementos, que configuran una realidad nueva, distinta de ellos.

Esta conciliación armónica del interés privado y el interés común, Tercera Posición frente a los extremos, nos da algo nuevo, como sería el resultado de la solución del vino con el agua, comparación frecuente en los estoicos para explicar el resultado de la harmonización de la materia y el espíritu en el hombre; la sociedad ya no es un conjunto de opuestos sino una armonía de los mismos, es decir, ya los hombres no son enemigos de los hombres, sino que constituyen un Pueblo reconciliado y feliz.

I think that, here, there is a confusion between unity and harmony, or that there is a complete neglect of unity being, in fact, the Third Position. That is to say that everything belongs to a triplet consisting of itself, its opposite, and the relationship between the two poles, and harmony is an observable property of that triplet.

It is asserted that the Third Position is equilibrium, harmony, which we know from our experience of reality to be temporary or even illusory. Equilibrium passes into disequilibrium and back into equilibrium, harmony into discord and back into harmony. Nothing witnessed by the senses is eternal, and eternal harmony, even if true in a supernatural realm, remains an unrealized idea residing in the minds of human beings.

In contrast, the opposite of unity is division. Equilibrium is a property or state of the relationship between opposites, but it is not the relationship itself. Within a unity there can be either equilibrium or disequilibrium, and when there is enough disequilibrium the unity is lost and a division occurs.

Attempting to structure a society on a position of maintaining harmony at all times will eventually come into conflict with reality, where forces outside of its control will eventually overwhelm the society, causing it to transform into something else.

Peronist Argentina did not last; eventually the oligarchy regained complete domination. Here what I am saying is that the attempt by Perón to avoid extremes (really, to shut down only one side of the extreme, namely the revolutionary armed forces) threw the society into disequilibrium (the dictatorship) and eventually division (the defeat and collapse of the justicialist revolution).

Every extreme also has its opposite, but the mistake made here is to have dogmatically, idealistically, chosen harmony above the objective needs of the revolutionary situation, which allowed for the counter-revolutionary extreme to dominate and eventually eliminate its opposite.

The Third Position, as presented here, is a subjective error that neglects the disharmony of the past (which brought about its present) and neglects the inevitable disharmony of the future.

En toda la filosofía moderna el hombre como tal, en su realidad integral de materia y espíritu, está ausente, pues el campo filosófico se divide en posiciones extremas, idealistas o materialistas.

Hemos pasado de la comunión de materia y espíritu al imperio pleno del alma, a su disociación y a su anulación final.
— Perón, primer Congreso Nacional de Filosofía, en Mendoza, abril 9 de 1949

Frente a esta tendencia unilateral, la filosofía justicialista sostiene que el hombre es armonía de materia y espíritu; unidad de cuerpo y alma espiritual.

Observemos que es una unidad de cuerpo y alma, no una dualidad; no es un alma encerrada dentro de la jaula del cuerpo, vale decir, dos cosas distintas, como sostenía Descartes, sino un todo, una unidad.

La materia y el espíritu se unen para formar una sola cosa que es el ser humano. Por eso sostenía Aristóteles que afirmar que el alma piensa es tan inexacto como decir que las manos construyeron un muro de ladrillos. No es el alma la que piensa, como tampoco son las manos las que construyen, sino que es la unidad quien piensa y construye.

Once again in attempting to avoid extremes it chooses an extreme. The body and mind (or body and spirit) can be a unity, a duality, and, as a triplet, the relationship between the unity and the duality. It is a whole of parts, a unity of opposites.

The body interacts with the material, the mind (or spirit) interacts with the immaterial. Indirectly and through each other they interact with both. They work together and they work apart. To think of them solely as a unity and not a duality, or solely as a duality and not a unity, neglects a complete understanding of their nature.